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“Cuando todos los sistemas del cuerpo están bien ordenados, prevalece la salud”. A.T. Still

El tratamiento de la osteopatía está dirigido a pacientes cuyos problemas no se pueden resolver con procedimientos terapéuticos convencionales.

Nuestro cuerpo puede compensar las posturas incorrectas o las tensiones relacionadas con el estrés durante mucho tiempo. Sin embargo, las disfunciones cambian y afectan a otras áreas del cuerpo. En algún momento, la capacidad de compensación se agota e incluso la más pequeña brisa se convierte en “lumbago”.

La osteopatía no siempre comienza por el síntoma, sino que busca la causa de los problemas que a veces se remontan a mucho tiempo atrás.

En osteopatía, se distinguen 3 SISTEMAS diferentes.

Estos sistemas siempre trabajan juntos y están interconectados a través de diferentes niveles.

Pueden influirse mutuamente y, por lo tanto, deben examinarse a fondo durante un tratamiento osteopático para que la causa de la dolencia pueda localizarse y tratarse con precisión.

El sistema parietal

La osteopatía parietal implica el sistema esquelético del cuerpo humano con todas sus funciones de movimiento y soporte. Esto incluye todos los músculos, ligamientos, tendones y articulaciones, así como la fascia asociada.

El sistema visceral

En la osteopatía visceral, se examinan y tratan los órganos internos con sus estructuras circundantes (suministro de sangre y nervios), así como sus conexiones con el sistema esquelético.

El sistema craneosacral

En la osteopatía craneosacral se examinan los diferentes huesos del cráneo, el sacro, las membranas del tejido conectivo asociadas, así como el sistema nervioso periférico, y se trata su movilidad y elasticidad.